Nunca hay una garantía de que las cosas vayan a salir bien.
Ni en la vida, ni en los negocios.
Tener claros tus objetivos y tus prioridades hará que todo sea más fácil, pero alcanzar el éxito dependerá, muchas veces, de variables que no puedes controlar.
Debes tomar acción si deseas obtener resultados espectaculares.
Cuando queremos hacer algo, muchas veces caemos en el auto-sabotaje, decimos cosas como: no tengo la capacidad para hacer eso, no me atrevo, no soy lo suficientemente buena, no quiero decepcionar a mis seres queridos…
El miedo al fracaso paraliza a las personas.
Esa voz interna te debilita y limita tu capacidad de perseguir y lograr las cosas que quieres en la vida.
No esperes a que alguien venga y te diga: “te elijo”.
Fracasar significa que lo has intentado.
Experimenta, falla y levántate rápido.
No escuches el ruido de quién te dice que no lo vas a conseguir.
Ignora las recomendaciones que no aporten ningún valor a tu idea.
Olvídate de los consejos no solicitados.
Pensar en emprender como sinónimo únicamente de montar un negocio, es un error.
Emprender es algo más, es una actitud que nos lleva a convertir las ideas en realidad, a ser proactivos ante los retos del día a día, a crecer personal y profesionalmente, a hacer que las cosas sucedan.
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